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Han notado ustedes que Liberación Nacional (y supongo que todos los partidos) se asemeja a una caja de un Lego con cincuenta piezas. Usted armará múltiples cosas pero siempre serán las cincuentas piezas, ni más ni menos. Use la imaginación, invente formas, pero al final desarma y en la caja se mantienen las cincuenta piezas.
Esto viene a cuento porque en los últimos días han saltado a la palestra política una buena cantidad de renunciantes, que se postularán o pretenderán hacerlo para diputados, ministros, vicepresidentes y toda esa variedad de especies que compone la fauna política.
Y es que con mayor énfasis en este gobierno, pareciera que en Liberación Nacional (y supongo de nuevo que todos los partidos, pero es PLN el que se destaca) siempre se arman con las mismas figuras y da la idea que el partido no cuenta con más opciones que unas cincuenta personas. Si falta un ministro, OAS llama un diputado o una diputada. Los que fueron ministros ahora quieren ser diputados o terminan en una Junta Directiva. Si un ministro entra en desgracia o es cuestionado, renuncia, pasa el escándalo y al poco rato lo veremos en una embajada o en una misión internacional. El que fue embajador, regresa y se postula de diputado o conversa para un ministerio, un vice-ministerio o una Junta Directiva (claro que de las que pagan buenas dietas).
Nuevamente me pregunto ¿es que no hay nuevos cuadros en PLN? Tengo una amiga que ha sido la sempiterna precandidata a diputada. Trabaja lo indecible en las campañas. Ha ganado las distritales, las cantonales, las provinciales y cuando viene la Asamblea Nacional el candidato dice “Por esta vez va Fulana, pero no se preocupe, trabaje duro para la próxima”. Obviamente la tal Fulana no trabajó, bastó ser amiga del candidato.
Pero lo más grave de todo es que muchos de esos personajes ni siquiera han hecho méritos para aspirar a nuevos cargos. Pongo unos ejemplos de los días recientes: el Ministro de Trabajo Chico Morales y el viceministro de la Presidencia de apellido Thompson. En el caso del primero mientras la supuesta crisis debilitaba el empleo y ponía en grave peligro el régimen de bienestar y solidaridad social que nos caracteriza, Chico Morales hizo mutis, es decir, desapareció. Siendo su cartera la que debió tener mayor protagonismo, nunca se le vio en los medios dando posición y lineamiento, muchos menos propiciar el acuerdo de medidas legislativas o ejecutivas para paliar en algo el desempleo y evitar, por su lado, que los patronos bajo la excusa de la crisis se aprovecharan de los trabajadores y destruyeran someramente los logros sociales que hasta la fecha nos enorgullecen y que en realidad hacen la diferencia entre nosotros y el resto de Centroamérica (hacia el norte, claro). No obstante, renuncia para ser diputado por Alajuela con el aplauso de Oscar Arias. ¡Hay que ser caradebarrito! ¿No?
Pero igual este señor Thompson, como viceministro le tocó dirigir la DIS luego de los escándalos que fueron denunciados hasta por el mismo Fiscal General. Esperábamos de él una propuesta de reestructuración y un informe claro de qué ocurría allí y quienes eran los responsables. El funcionario permitió que pasaran los consabidos ocho días de escándalo en Costa Rica y que todo se olvidara. Pero también es pretendiente a diputado. ¿Y doña Viviana Martín, ministra de Justicia? Cuando acompañó a doña Karla en Transportes no hizo nada bien. Es cierto que en Justicia demostró que podía hacer las cosas mejor, pero tiene muy poco mérito para exhibir y pretender una diputación en el PLN cuando hay dirigentes de trayectoria más probados y capaces a los que nunca se les brindó una oportunidad.
Y cerramos con la del platinazo, la brillante doña Karla que se incorpora a la campaña con doña Laura en espera de continuar en el gobierno cuatro años más, luego de ocho años en dos gobiernos diferentes, en los que si algo demostró fue su absoluta incapacidad para dar soluciones prontas.
Pues sí, mis amigos, igual que una caja de legos, diferentes figuras pero siempre, siempre las mismas piezas: en calidad y en cantidad.